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Las principales bolsas de EE.UU. finalizaron el mes de abril con pérdidas. El índice Nasdaq 100 cayó en el mes 13.4%, el S&P 500 perdió 8.8% y el Dow Jones Industrial 4.9%.
En Europa, las bolsas finalizaron con precios dispares. La bolsa que más cayó fue la de Italia (-3.1%), seguida por la bolsa de Alemania (-2.2%) y Francia (-1.9%). En tanto, la bolsa de Turquía ganó 8.8% en abril, seguida por la bolsa de Rusia 5.9%, y de Grecia 4.9%, entre las más importantes.
En Asia, en abril las bolsas que más cayeron fueron las de China (el índice Shanghai Composite perdió -6.3% y el Shanghai Shenzhen -4.9%). La bolsa de Hong Kong acompañó la tendencia con una caída de 4.1%, el índice Nikkei de Japón bajó 3.5% y la bolsa de India cayó 2.6%, entre otras.
En Latinoamérica, la bolsa de Brasil fue la más perjudicada perdiendo 10.1% en abril, seguida por la bolsa de México (-9.1%) y de Perú (-8.4%), entre las más importantes.
Todos los rendimientos del mes de abril son en moneda local.
Los mercados han tenido una elevada volatilidad en las últimas semanas y una creciente aversión al riesgo, debido a la incertidumbre en torno a la guerra en Ucrania, la desaceleración económica en China y las expectativas ante una política monetaria de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) más agresiva.
La inflación norteamericana ha venido en aumento, lo que probablemente consolide la intención del Banco Central de EE.UU. de subir las tasas de interés en 50 puntos básicos en la próxima reunión.
El índice de precios de gastos de consumo personal básico (PCE, por sus siglas en inglés), creció 5.2% año a año, ligeramente por debajo del 5.3% estimado por el mercado.
Incluyendo los volátiles precios de los alimentos y la energía, el índice PCE se aceleró 6.6%, el ritmo más rápido desde enero de 1982. La presión sobre la Fed aumenta luego que el PIB de EE.UU. disminuyera 1.4% en el I trimestre de 2022.
Si bien el retroceso provino principalmente de la disminución de los inventarios y el déficit comercial récord, los datos generaron preocupaciones de que la economía se esté desacelerando.
El impacto económico causado por la guerra entre Rusia y Ucrania contribuirá a una desaceleración significativa del crecimiento mundial en 2022 y acelerará la inflación.
De esta manera, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que el crecimiento mundial se desacelere del 6.1% estimado para 2021 a 3.6% en 2022 y 2023; es decir, 0.8 y 0.2 puntos porcentuales respectivamente de lo previsto en enero.
El encarecimiento de las materias primas provocado por la guerra y la ampliación de las presiones de precios se han traducido en una inflación proyectada para 2022 de 5.7% en las economías avanzadas y de 8.7% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo; o sea, 1.8 y 2.8 puntos porcentuales más que lo proyectado.
El organismo agregó que son fundamentales las iniciativas multilaterales para responder a la crisis humanitaria, impedir que se ahonde la fragmentación económica, mantener la liquidez mundial y manejar las situaciones críticas de sobreendeudamiento.
La economía de la Eurozona creció 0.2 % en los primeros tres meses del año, pero su crecimiento se debilitó significativamente bajo la presión de la guerra en Ucrania y la inflación récord. Estas cifras hicieron que el PIB creciera 5.0% interanual. La inflación alcanzó un nuevo récord desde la creación de la moneda única. Los precios al consumidor subieron 7.5% en abril, frente al 7.4% de marzo.
Si bien el aumento más lento en la tasa general sugiere que un máximo para la inflación puede estar cerca, las presiones de precios subyacentes se mantuvieron fuertes.
El IPC subyacente (o Core) aumentó más del 1.0% por segundo mes consecutivo, y la medida armonizada de inflación anual, excluyendo alimentos y energía, se aceleró mucho más de lo previsto a 3.9% desde 3.2% el mes pasado.
Principales índices
Panamá al día
El índice mensual de actividad económica (IMAE) registró un aumento de 12.8% en el inicio del año, respecto al mismo lapso del año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC)
El INEC se refiere en su reporte a la recuperación de la actividad económica tras el impacto de la emergencia sanitaria por la Covid-19, con crecimiento en actividades como construcción, comercio, hoteles y restaurantes, transporte, almacenamiento y comunicaciones, electricidad y agua, industrias manufactureras, actividades inmobiliarias, agropecuaria e intermediación financiera, entre otras.
La Asamblea Nacional aprobó en tercer debate la iniciativa de Ley 697, que regula la comercialización y uso de criptoactivos, la emisión de valor digital, la tokenización de metales preciosos y otros bienes y los sistemas de pagos.
El saldo de la deuda del sector público no financiero se ubicó en $42,812.8 millones al término del primer trimestre del año, experimentado un salto sustancial desde que inició la pandemia de Covid-19.
